Cuentan que los europeos vinieron a civilizar "las
américas".
Cuando expulsaron a los árabes y a los judíos zefarditas de la península ibérica, se quedaron los más agresivos, peleoneros e intrigantes, pero también más ignorantes.
Esos son los que traían su "civilización". Noten
las comillas.
Encontraron civilizaciones que registraban los movimientos
del Sol, la Luna, Venus, las Pléyades y otras estrellas y constelaciones.
Calculaban y predecían los equinoccios, las eclipses de
Luna, los ciclos sinódicos de Venus.
Manejaban simultáneamente un calendario solar de 365 días,
otro de 260 días de naturaleza ritual y los hacían coincidir en periodos que
todavía en el siglo XX estaban siendo estudiados porque los civilizados
quemaron más de cien mil códigos mayas y toda la biblioteca de Netzahualcoyotl.
Según León Portilla el calendario del México Antiguo (como
escribía Eli de Gortari) era más preciso que el gregoriano que traían de
Europa.
En las matemáticas usaban el cero, notación posicional de
base 20 y para multiplicar no necesitaban memorizarse las tablas como en los
números arábigos.
Sus edificios estaban alineados con base en observaciones
astronómicas, sabían cuando pasaría el Sol por el cenit, lo mismo que las
pléyades.
La Gran Tenochtitlán, era una maravillosa aplicación de la
hidráulica, con un sistema de acueductos, diques y canales en los que se podían
trasladar, separar el agua salada del lago de Texcoco de las aguas dulces de la
región de Xochimilco.
Manejaban un sistema de chinampas para la producción
agrícola. Es decir, islas flotantes que eran construidas con métodos exclusivos
del área. Todo completamente sustentable. Ecológico dirían ahora.
Los Incas tenían un sistema de tallado de la piedra para
hacerlas ensamblarse, de modo que las superficies de las rocas distintas se
unían poderosamente. Ahora los físicos sabemos que el motivo eran las
interacciones atómicas que resultaban de la enorme precisión del tallado.
Nos deben el maíz, el cacao, el chile, el frijol, la
calabaza, el tomate, el amaranto y la papa. Sin esta última habrían muerto de
hambre más millones de personas de las que fallecieron en sus hambrunas
europeas.
Había una herbolaria muy avanzada, con jardínes botánicos
cultivados exprofeso para tenerasl siempre disponibles y manejanban conceptos
de equeilibrio de humores y de energía vital, como se diría ahora.
La iconografía y la arquitectura mostraban simetrías con
patrones similares a los fractales y a la proporción áurea. Todo en una forma
de matemáticas aplicadas.
No usaban el hierro ni la rueda, pero dominaban el oro, el
cobre y el bronce con técnicas de fundición, de laminado y con aleaciones
hechas para fines ornamentales y rituales.
Había escuelas formales para los nobles, donde enseñaban
escritura, astronomía, historia, filosofía y poesía.
Aparte estaba la escuela para el pueblo, con instrucción
práctica y militar, además de valores morales.
No se asusten por este sistema de escolaridad. Es lo mismo
que hacen los grignos con los colleges y las universidades.
El sistema del Nahuatl, como se ha estudiado ahora, tenía
morfología polisintética y aglutinante al estilo del idioma Alemán que
unificara y estandarizara Martin Lutero en el siglo XVI.
Los mayas desarrollaron mitos cosmogónicos muy bellos, como
en el Popol Vuh y en el Nahuatl existía el Huehuetlajtolli, que eran tratados
filosóficos y religiosos. Según algunos especialistas, eran verdaderos tratados
de ética humanista que se centraba en el equilibrio y en la templanza.
Las escuelas de pensamiento, como la de Texcoco, han sido
consideradas equivalentes a los centros humanistas del renacimiento europeo.
¿Entonces de qué presumen?
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