Kitt Peak.
Cuando vayas a Tucson dale un espacio a la cultura
Kitt Peak es
un observatorio astronómico que se encuentra hacia el oeste de
Tucson, aproximadamente a 64 kilómetros de la parte sur de esa
ciudad. Está respaldado por varias universidades y en ella se
realiza observación en tiempos determinados por un comité que
selecciona los proyectos que son puestos a su consideración. Tiene
visitas para el público, y aquí pienso relatar una visita que
realicé en octubre del año 2010. También mostraré algunas fotos
que tomamos y contaré algo de lo que todavía recuerde. El problema
es que apenas regresé, las extravié y con las manos vacías no me
dieron muchas ganas de relatar nada.
Aunque digo
tomamos, en realidad todas las fotografías fueron realizadas por mi
hijo Juan Miguel, lo cual da por consecuencia que él nunca aparezca
en ellas. Está detrás de la cámara.
También
debo hacer una aclaración sobre el título. Entiendo por cultura al
conjunto de manifestaciones de la actividad humana, lo cual incluye a
la ciencia y también al arte, aunque en el común denominador de las
personas con mediana preparación se piensa que la cultura tiene que
ver únicamente con el último. Así por ejemplo, en el Sindicato de
Trabajadores Académicos de la Universidad de Sonora se tiene un lema
sindical que afirma: “Ciencia y Cultura”. Esto constituye un
absurdo en una organización que agrupa a profesores e
investigadores.
Sostengo que la cultura incluye a la ciencia, y de manera muy
particular, a la astronomía y a la astrofísica, aunque no abundaré
en las diferencias – de matices realmente – entre estas dos.
Si tu vas a
Tucson, no te conformes con ir a gastar tus dólares a los centros
comerciales, puedes obtener mucha diversión, y relajarte,
regalándote un día de campo lleno de vivencias y de un contenido
inolvidable. Créeme que es más agradable que ir a Mont Lemon,
porque allí, una vez arriba, lo único que se te ocurre es mirar el
paisaje, comer, comprar y bajarte. Es decir, más de lo mismo.
En mi
opinión muy personal, los meses mejores para ir a Kitt Peak son los
del verano y los primeros 45 días del otoño. Si me dan a escoger,
yo prefiero octubre o las dos primeras semanas de noviembre. Después
llegan los frentes fríos y a casi dos kilómetros de altitud las
cosas se ponen difíciles con la temperatura, que disminuye a razón
de un grado centígrado por cada 100 o 150 metros que subes. El dato
no puede ser muy preciso porque depende también del contenido de
humedad del aire, parámetro que siempre está variando.
En
consecuencia, si en las calles de Tucson estás a 10 grados
centígrados, en la parte donde se encuentra el observatorio
astronómico estarás a 5 grados bajo cero, o algo así. Si a ti te
gusta el frío, pues adelante, arriba estará como en el interior del
refrigerador de tu casa.
El primer
cuidado que debes tomar es la petición de permiso en cuanto pases la
frontera. Como te puede explicar uno de los funcionarios que se
encuentran en la línea, puedes andar sin permiso en el área de
Tucson, pero nada más. Así que para evitarte una infracción de las
leyes del país al que estás entrando, lleva tus papeles de
costumbre, preséntalos y pide un permiso manifestando que tienes
interés en visitar Kitt Peak.
Hecho eso el
resto del procedimiento es el mismo de siempre, consigues un hotel
que esté dentro de tus posibilidades y dedicas la tarde y la noche a
las actividades cotidianas para ti en Tucson. Si tienes tiempo, date
una pasada por el centro y aprecia la estatua de Francisco Villa, que
fue donada por José López Portillo a la ciudad, como dice en la
placa colocada en el pedestal. Esto tiene un significado que te
contaré en otra contribución a mi blog, cuando te diré algunas
cosas interesantes del centro de Tucson, que no tienen relación con
caminar sin ton ni son por los centros comerciales, deseando todo lo
que ves, pero con un presupuesto limitado, como siempre nos sucede.
Descansa bien tu noche y prepárate a desayunar muy temprano.
Día 2:
Viaje a Kitt Peak.
La idea al
día siguiente es desayunar a tu gusto y sin prisas. El observatorio
astronómico de Kitt Peak abre a las 9 de la mañana y disponen de
tres visitas guiadas. Hay la oportunidad de quedarse en las cercanías
del observatorio, en lugares acondicionados para instalarse en un
pic-nic y disfrutar de un día agradable. Así aprovecharás las tres
visitas guiadas, pues la última es por la tarde. Si no sabes Inglés,
lleva contigo a alguien que sí lo comprenda, para que te traduzca
las explicaciones del guía.
Tomas el
free way 10 hacia el sur y doblas a la derecha como si fueras a
Nogales, pero en cuanto veas el camino hacia Ajo, lo tomas con los
cuidados apropiados en una vía de alta velocidad. Estarás viajando
hacia el oeste y el Sol quedará ligeramente a tu izquierda y a tus
espaldas, de modo que no significará una molestia para tus ojos. No
te engranes con el acelerador de tu carro, pues en menos de 500
metros entrarás en una zona habitada, que es la parte suroeste de
Tucson. Subes una pequeña cuesta y al fondo verás un cerro muy
lejano, de modo que, si tienes buena vista, te darás cuenta que hay
una construcción en la punta. Es el cerro del observatorio
astronómico de Kitt Peak. Una vez que sales de la ciudad, conserva
velocidades moderadas, los señalamientos al respecto son muy lógicos
y no respetarlos te puede costar un accidente, o si te pesca un
policía, una multa gigantesca.
Si no
desayunaste, aproximadamente media hora después de haber dejado
Tucson encontrarás la última posibilidad de hacerlo, es el
siguiente restaurante y lo verás a tu izquierda:
El lugar es
cómodo, hay mucho espacio dónde estacionarse y la comida es buena
dentro de los sabores que uno puede esperar en los Estados Unidos. El
precio es menor que en un restaurante del Tucson Mall y lugares
similares
Después de
varias decenas de kilómetros por una carretera de doble sentido, y
de cruzar cerca de poblaciones indias, llegas a este sitio
y a la
izquierda encuentras el siguiente letrero señalando el camino a
tomar, puedes notar que son 19.3 kilómetros y que debes subir el
cerro que se aprecia a la izquierda. En la punta se ve una de las
instalaciones de los muchos telescopios existentes allí.
También, el
letrero indica que se encuentra a 2 mil 135 metros sobre el nivel del
mar, de modo que hay que cuidar los oídos
Lo que sigue
es subir, subir y subir, pero puedes aprovechar para admirar algunas
cosas de la naturaleza, por ejemplo, aquí te ofrezco esta imagen de
un sahuaro, que de seguro lleva allí más de cien años, se llama
científicamente “carnegiea gigantea”.
En arizona y en un cerro que se encuentra enfrente de Magdalena
Sonora, hay ejemplares que tienen de 200 a 300 años de edad. Su
propio polen no sirve para fertilizar a sus flores, razón por la
cual depende de que las abejas, los pájaros, o los murciégalos, lo
lleven a otros sahuaros. Por ese motivo es de reproducción lenta,
también es de crecimiento lento y ha sido declarada especie
protegida porque se encuentra en peligro de extinción. Si ves
comentarios o anuncios en el Internet, acerca de su potencialidad
medicinal, no los respaldes, pues se trata de negociantes que están
atentando contra esta planta.
También
podrás apreciar muchos paisajes como el siguiente y acomodos de
piedras (rocas dicen los geólogos) como las que se ven del centro
hacia abajo de la foto, muy cerca de la carretera.
Cuando fui
estábamos en otoño y el campo mostraba flores amarillas como las de
la foto que sigue, y aunque yo viví en el campo del desierto
sonorense, no sé cómo se llama
La forma en
que surgieron estos cerros se aprecia en la fotografía siguiente,
claramente se aprecia cómo se plegaron dos partes de la corteza
terrestre, empujándose entre si. Es una línea que se puede notar
más allá de lo que esta imagen nos permite ver
después de
muchos minutos de subir con cuidado, porque si no lo haces te vas al
abismo y no lo cuentas, encontrarás en tu camino la primera señal
de que efectivamente vas por el rumbo correcto, la fotografía que
sigue nos anuncia las instalaciones del observatorio astronómico de
Kitt Peak.
La carretera
va bordeando por el cerro, subiendo poco a poco y dando muchas
vueltas, y cuando ya casi vas a llegar, ves a la orilla derecha de la
carretera que la llanura está a más de un kilómetro y medio de
profundidad respecto a tu posición
Debido a la
altura, la vegetación empieza a cambiar, en la foto que sigue puedes
apreciar un árbol perteneciente a las coníferas, como los pinos
Si conoces
las montañas que separan la costa de California con su desierto,
podrás apreciar que las vegetaciones se parecen a éstas
La siguiente
es una imagen que tomamos de la montaña Baboquivari Peak, tiene más
de 2 mil 300 metros de altura y se encuentra a 21 kilómetros hacia
el sur del sitio en el cual estábamos nosotros cuando fue tomada la
fotografía
Enseguida
otra imagen de la misma montaña, pero sin el acercamiento que le
hicimos para tratar de captar detalles de ella
Lo que hemos
estado viendo, es la Reservación India de los Tohono O'odham, de
quienes contaré algunas cosas unos párrafos más adelante.
Obviamente
aquí ya casi estábamos en las inmediaciones del observatorio
astrónomico de Kitt Peak
¿Y la
llanura? Pues casi a dos kilómetros más abajo
Ésta es la reservación
de la Nación Tohono O'odham, que significa: “Pueblo del Desierto”
en su lengua originaria. Se trata de la etnia bautizada por los
españoles como “Pápagos”, debido a una pronunciación mal hecha
de la frase “Papahvi-o-otam”, que se podría traducir como
“gente del frijol”, debido al alto consumo del frijol tepary, una
semilla de la planta cuyo nombre científico es Phaseolus
acutifolius, que crece en lo que ahora es el suroeste de los Estados
Unidos y es más resistente a la sequía que los tipos de frijol que
consumimos usualmente. Además consumían una semilla que produce el
mezquite, en un fruto alargado, como vaina, que se llama péchita en
Sonora. Aunque es una semilla pequeña, resulta muy abundante porque
este árbol crece y se reproduce fácilmente en las condiciones de
sequía del desierto de Sonora y de Arizona. Se le clasifica como una
leguminosa y es una fuente de energías importante.
Hay además otros dos
grupos de pueblos O'odham, los Akimel O'odham, que significa: “Pueblo
de Río” y los Hia C-ed O'odham, o sea: “Pueblo de las Dunas de
Arena”. Si quieres leer más sobre los Tohono O'odham, puedes
conectarte a la página de Internet oficial que tienen ellos en la
dirección siguiente: http://www.tonation-nsn.gov/
Regresando al tema
central, el Observatorio Astronómico de Kitt Peak fue construido
como resultado del interés de la Fundación Nacional para la Ciencia
(NSF por su nombre en Inglés), que decidió crear un observatorio
óptico nacional (estadounidense). Después de considerar al menos
150 sitios posibles, los responsables de tomar la decisión se
decidieron por este sitio a 34 kilómetros de Tucson, pues ofrecía
diversas condiciones muy apropiadas, a saber:
- Poca presencia de vapor de agua y de polvo.
- Cercanía con una universidad, en este caso, la University of Arizona, en Tucson.
- Fácil acceso, ya que la mayor parte del terreno es llano y solamente hay que subir cuando se encuentra a la falda del cerro seleccionado, que cumple con la condición de tener una sima a más de 2 mil metros de altura.
Entonces fueron rentados
809 371 metros cuadrados a la nación Tohono O'odahm, además del
compromiso de contratar trabajadores pertenecientes a su etnia, abrir
y mantener el compromiso de mejorar las posibilidades educativas de
sus integrantes, y por supuesto, vender en el centro de atención a
visitantes las artesanías desarrolladas por los integrantes de la
tribu.
Como parte de las
contribuciones a favor de esta etnia, los científicos que trabajan
en el Observatorio Astronómico de Kitt Peak imparten cursos
tendientes a atraer el interés de los niños y adolescentes en el
Tohono O'odham Community College. En el año de 1999, la oficina
educativa de Kitt Peak presentó a la NSF un proyecto para obtener
fondos dedicados a entrenar y colocar voluntarios en los tres niveles
escolares de la tribu, de tal modo que en el nivel elemental se
esperaba atraer a los estudiantes a la participación en actividades
relacionadas con la observación del Sol y de la Luna; en el nivel
medio se pensaba utilizar esas observaciones para mejorar las
habilidades en matemáticas de los adolescentes, tal que en el nivel
llamado high school se trataría de mejorar las habilidades para
insertarse satisfactoriamente en estudios universitarios, además de
los ya tradicionales oficios de: carpintería, plomería,
electricistas, construcción y pintado, o mantenimiento de servicios.
El esfuerzo anterior de
la oficina educativa de Kitt Peak, sugiere una idea interesante que
pienso exponer en otra ocasión en este blog.
Una vez que se llega
hasta la sima de la montaña es fácil descubrir el sitio de atención
a visitantes. Allí, uno se puede enterar del rol de visitas guiadas,
o bien optar por caminar uno solo por allí, mirando la naturaleza y
los telescopios (por la parte de afuera nada más).
Aunque siempre es más
adecuado buscar las visitas guiadas, el solo hecho de estar allí en
la sima para admirar la naturaleza brinda escenas agradables, por
ejemplo, en la foto que sigue tenemos una perdiz a la que no se le ve
la cabeza, pero que estaba trepada en un árbol de bellota
Es más, si vas entre
octubre y noviembre, puedes tomar una del suelo y comértela allí
mismo.
Las visitas guiadas se
anuncian en el sitio de Internet del observatorio, que puedes
consultar en la siguiente dirección:
También explican allí
que después del 2 de septiembre de cada año, y hasta el 14 de julio
del siguiente, existe la posibilidad de pasar una noche (evening en
Inglés) observando estrellas y galaxias con telescopios de 16
pulgadas y de 20 pulgadas. Obviamente, cobran por eso las cantidades
que se anuncian allí. Existe también una liga para consultar dos
cámaras web que muestran en intervalos de tiempo dos imágenes
distintas de Kitt Peak.
Si quieres ser
astronómo(a) debes saber cómo vive esta gente. En primer lugar,
para lograr un espacio de tiempo para realizar observación en Kitt
Peak, se elaboran proyectos de investigación que son sometidos a la
consideración de un comité que los evalúa y dictamina a favor o en
contra de proporcionar las instalaciones. Según la guía que nos
tocó en turno, se acepta únicamente el 20% del total de las
solicitudes presentadas. Cuando se obtiene uno de esos tiempos de
observación, te vas a vivir allí por una cantidad de tiempo
determinada en tu programa de trabajo. Si estás apuntado para usar
los telescopios ópticos, adoptas el tiempo de las lechuzas y los
tecolotes, duermes de día y vives de noche. Por esa razón, cuando
nosotros pasamos por allí, los dormitorios tenían en el exterior
unos letreros avisando que no hicieras ruido, porque en las
habitaciones que ves en las fotos siguientes había personas
durmiendo. Así que si te cuentan cosas de astronomía, es por que
hay gente que se desvela para observar cuando tu estás dormido(a).
La guía nos explicó que
los astrónomos que dormían en ese momento se despertaban por la
tarde y salían a hacer algo de ejercicio. Básicamente caminar y
trotar por los diferentes caminos pavimentados que existen allí. Las
canchas que ves en las fotos siguientes no se usan y fueron
construidas para los trabajadores que edificaron los recintos que
contienen a los telescopios.
Pagas tu cuota en el
centro de atención a visitantes, donde puedes esperar los minutos
que faltan para empezar admirando una exposición que tienen allí,
en un espacio muy reducido, pero muy bien aprovechado y con un
material muy interesante. Por ejemplo, puedes admirar el meteorito de
la foto siguiente, que fue recogido en algún lugar de Argentina,
como se explica a un lado del mismo
Te explican también que
mientras más grandes son los espejos de los telescopios, mejor es la
calidad de la imagen
Encuentras también una
explicación acerca de cómo funcionan los telescopios, aunque eso ya
lo encuentras con facilidad en el Internet, pero si quieres conocer
las ecuaciones específicas de estos aparatos, necesitas estudiar una
rama de la física que se llama óptica geométrica.
Construir los espejos que
se usan allí es un poco más complicado que hacer enchiladas suizas,
lo cual se comprende rápidamente con una explicación que tienen
allí.
El tiempo y el
presupuesto que nosotros teníamos disponible alcanzaba para
solamente una visita guiada y la que nos tocó fue una visita al
telescopio de observación del Sol. La guía empezó por contarnos
cómo es ese telescopio, valiéndose de una maqueta existente en el
centro de atención a visitantes. Son las fotos que presento
enseguida
Después nos explicó
acerca de los relojes solares que tienen allí, nos contó cómo se
toma en cuenta la latitud geográfica a la cual se encuentra el sitio
y también la fecha del año. Éste es un tema sobre el cual he
escrito algo que espera a ser publicado como parte de un libro sobre
el tiempo, su física y su filosofía. Los antiguos pobladores de
estas tierras tenían una idea clara de la duración del año, aunque
no llegaron a tener el desarrollo de los Mayas.
El telescopio para la
observación solar, cuya maqueta ya mostramos antes, se puede
apreciar enseguida
Ahora estamos viendo al
monstruo por dentro. En la siguiente imagen se ve el espejo reflector
que capta los rayos directos del Sol y los envía hacia el interior
del túnel cuyo exterior ya hemos observado. Pasamos al interior del
mismo y vimos a un grupo de astrónomos trabajando, tenemos algunas
fotografías borrosas de su interior y no logramos más porque una
güera que iba en el grupo nos ganó la posición en el pasillo
De entre todos los
especialistas que estaban trabajando en ese recinto, uno de ellos
salió a conversar con nosotros. Nos dijo que era químico, tenía
algo más de 50 años de edad, portaba un sombrero medio deforme, lo
cual parece ser una moda en los Estados Unidos, nos explicó muy
amablemente qué estaban haciendo, nos contó que iba desde una
universidad situada en la costa este de los Estados Unidos y nos dijo
también que en los últimos cinco días había dormido menos de 14
horas porque él era el encargado de preparar un conjunto de
sustancias químicas que necesitaban los demás para captar y
procesar las imágenes que se estaban produciendo. Cerró su
comentario con la frase bien conocida por muchos de nosotros: te
tienes que dedicar a tu trabajo y aprovechar oportunidades como ésta,
porque si no, no publicas.
La visita guiada terminó
aquí, la guía se fue, explicándonos que podíamos continuar viendo
lo que deseáramos. Nosotros seguimos merodeando por allí y pensando
que en alguna ocasión posterior podríamos planear una estancia más
amplia y aprovechar alguno de los sitios para comer lo que uno lleve
preparado, o listo para preparar.
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