Un reportero de la Revista Proceso expresó el 14 de junio de 2009, en entrevista con Radio Bemba, en el programa: Y sin embargo se mueve, que los vecinos de la Guardería ABC afirmaban que primero había habido una explosión y después se había presentado el fuego.
Si eso es así, es más probable que la explosión hubiera sido causada por vapor de gasolina, que entra en autoignición a 254 grados Celsius. Especialmente cuando es de menor octanaje.
Es improbable que el poliestireno hubiera estallado primero, pues tiene autoignición a más de 450 grados Celsius, mientras que en las bodegas había gasolinas en los automóviles y también poliuretano termoplástico pegado al techo, que entra en ignición después de 393 grados Celsius.
El origen de la explosión pudo haber sido un corto circuito, semejante a la afirmación oficial, o también, una chispa eléctrica originada por electricidad estática, como ya hice ver en una contribución en este blog la semana pasada.
El poliuretano termoplástico no es recomendado por las razones que se exponen enseguida:
La organización Global Health & Safety Initiative, publicó en mayo de 2008 un documento titulado Toxic Chemicals in Building Materials (an Overview for Health Care Organizations). En éste señala que el poliuretano termoplástico se hace con polyols y diisocianatos. Los polyols pertenecen al grupo de los alcoholes y los segundos se forman con dos cadenas de isocianatos, cada una de las cuales contiene un átomo de cianuro. El diisocianato está considerado como un severo irritante bronquial y asmágeno, hasta el punto de que exposiciones crónicas al mismo pueden ser fatales en dosis altas. Está hecho con una variedad de intermediarios químicos altamente peligrosos, incluyendo formaldeído (clasificado como altamente carcinógeno por la Agencia Internacional de Investigación Contra el Cáncer) y fosgeno (gas altamente letal usado como veneno en la Primera Guerra Mundial). Durante la combustión, los poliuretanos emiten cianuro hidrogenado y monóxido de carbono.
La fuente es la siguiente:
http://www.healthybuilding.net/healthcare/Toxic%20Chemicals%20in%20Building%20Materials.pdf
El uso del poliuretano termoplástico está muy difundido en la Ciudad de Hermosillo. Se ha convertido en una costumbre la instalación de oficinas en enormes rectángulos que son separados por paredes posteriormente. El techo es cubierto por la parte de abajo con esa sustancia, que es conocida localmente como poliuretano espreado. Se pega a la cara interior del techo y funciona como aislante de muy alta calidad. Después, para mejorar la apariencia del sitio, y también como segunda medida ahorradora de energía eléctrica, se coloca un falso techo que conocemos con el nombre de plafón. El nombre de la sustancia usada para fabricarlo es poliestireno.
El caso de la guardería ABC, donde ocurrió la tragedia el pasado 5 de junio de 2009, cerca de las 15:00 horas, era igual. Asistí personalmente a corroborar este hecho, y aunque no se permite inspeccionar de cerca, fue posible preguntarle a un empleado que conoció el incendio. Allí hay poliuretano termoplástico pegado al techo y también había plafón como falso techo.
Para mi no está claro el origen del fuego, sólo puedo decir que la afirmación oficial no es convincente. En otra contribución a este blog he citado un libro en que se afirma que en ocasiones los incendios generan cortos circuitos en los aparatos de refrigeración y no al revés. De lo que si estoy seguro es de que una vez iniciado el incendio, el poliuretano termoplástico del techo ayudó a que el calor se acumulara más rápidamente en el interior. El argumento es como sigue:
Existe una ley física que llamamos la ley de radiación de Stephan-Boltzmann, de acuerdo a la cual, un objeto caliente despide calor radiado en forma proporcional a la cuarta potencia de la temperatura del cuerpo considerado. Por ejemplo, si la temperatura se duplica, la capacidad para emitir se multiplica por 16. Si la temperatura se multiplica por 3, la capacidad para radiar calor se multiplica por 81.
Para aplicar la ley de Stephan-Boltzmann, la temperatura se debe medir en grados Kelvin. Si se hace el cálculo, uno encuentra que antes de alcanzar la temperatura de ignición del poliuretano termoplástico, la capacidad de radiación a través del techo de pura lámina se habría multiplicado por 18 veces. A su vez, antes de alcanzar la capacidad de ignición del poliestireno (plafón) la capacidad de radiación a través del techo se hubiera multiplicado por 25. Se habría necesitado muchísimo más material inflamable para llegar a un punto de propagación del incendio.
Sin embargo, ocurrió lo contrario: la presencia del aislante pegado al techo impidió la pérdida de calor por radiación, haciendo que se acumulara la energía más rápidamente. El tiempo transcurrido para alcanzar los 393 grados centígrados fue mucho menor, el poliuretano termoplástico se incendió como se indica en la figura siguiente
Las escenas presentadas por las autoridades del Gobierno del Estado de Sonora presentan un motor incendiado en el cual las partes de aluminio están derretidas, eso indica que la temperatura superó los 660 grados centígrados. El fuego avanzó inmediatamente por el techo como se indica en la figura siguiente
La presencia del plafón impidió ver el incendio, hasta que porciones del poliuretano empezaron a caer ardiendo, encendiendo también el poliestireno. Seguramente el humo contenía gases venenosos conteniendo cianuro, lo cual se puede comprobar recolectando restos de la ceniza de las paredes y sometiéndola al análisis mediante un espectrómetro de masas.
EL COLEGIO HERODES DE LA UNIVERSIDAD DE SONORA
Hace 4 semanas