domingo, 25 de marzo de 2012

La Universidad de Sonora y la Fantasía de las Vías Rápidas






La fotografía anterior es la Calle Colosio, antiguamente conocida como Calle Yucatán, después como Calle Norberto Aguirre Palancares, para recuperar después su primer nombre y tomar finalmente con el que la conocemos ahora. Esta calle es la colindancia sur de la Universidad de Sonora y la barda que vemos es el límite del campus de esa institución, a donde asisten cerca de 20 mil estudiantes cada día, de lunes a viernes, según lo indica el calendario escolar.

Cada uno de esos días, miles de jóvenes arriesgan su vida para cruzar esta calle. No es exageración, el 8 de octubre de 2011, el Doctor en Física Gustavo A. Vázquez Polo falleció mientras esperaba laoportunidad de cruzar esta calle y ocurrió en un sitio que se encuentra al fondo de esta barda. La noticia se puede leer en la dirección que agrego al final de este párrafo. La frialdad del reportero habló de “un sexagenario”, dejando de lado que se trataba de un investigador científico con una carrera brillante, que se encontraba de visita en la Ciudad de Hermosillo para llevar a cabo una investigación con el grupo de Estado Sólido del Departamento de Investigación en Física (DIFUS).

Como puede verse en la siguiente fotografía, las banquetas (o aceras) han desaparecido con motivo del constante recarpeteo para mantener transitable una calle de uso constante.


Nada se interpone entre los autos que pasan a gran velocidad, y la senda que está destinada a las personas que transitan a pie. El riesgo de ser atropellado es permanente, mientras camines por esta banqueta.
La situación se vuelve grave porque los automóviles se estacionan sobre la banqueta sin que exista autoridad que haga algo.



No hay un solo sitio por el cual se pueda salir con seguridad del campus de la Universidad de Sonora, la calle de la fotografía siguiente nos muestra la colindancia de la institución por el oeste. Paradójicamente, es más ancha porque las autoridades de la  Universidad han cedido terreno allí para hacer más amplia la calle, incluyendo un carril de supuesta desaceleración.


En una prolongación del campus, hacia el oeste de la Calle Reforma, se encuentra una unidad deportiva muy utilizada por la población de la Ciudad de Hermosillo. Están, además, las instalaciones de las Licenciaturas en Medicina, en Cultura Física y Deportes, además de la Maestría en Administración. Hace menos de un mes, una joven estudiante fue atropellada un poco más allá de los árboles que se aprecian a la derecha de la siguiente foto.


Hace 20 años la calle era más angosta allí, pero a sugerencia de un gobernador, la Universidad de Sonora cedió terreno para que fuera más ancha.

Por el norte y noroeste del campus de la Universidad ocurre lo mismo. Tenemos una vía rápida que se llama Boulevard Luis Encinas. El lector puede imaginar la dificultad que significa cruzar por allí en horas hábiles.



Por el lado Este del campus se encuentra la Calle Rosales, que presento en la siguiente fotografía. Es posible apreciar a una persona que cruza apresuradamente, casi corriendo.


¿Pero por qué corría, en la siguiente fotografía se aprecia que apenas se abrió un intervalo de tiempo de unos pocos segundos, porque inmediatamente venían los automóviles que se pueden ver en la siguiente foto:


Si se compara la posición del carro pipa de las dos fotos, se puede comprender la pequeña cantidad de tiempo disponible para la persona que corría. Cruzó verdaderamente sin respiro, porque  cuando pasaron los que venían del Boulevard Rodríguez siguieron los que daban vuelta por el Boulevard Luis Encinas


También aquí, la Universidad de Sonora ha contribuido a esta situación, cediendo esquinas para que pasen más rápido los automóviles.

Después de la muerte del Doctor  Vázquez Polo, mencioné en una reunión de la Delegación de Física del Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Sonora, varias propuestas para prevenir la muerte de personas, o de atropellamientos que pueden provocar que quienes se salvan sean después personas inválidas.

La siguiente ocasión que me enteré de algo al respecto fue porque en la prensa local se mencionó que la autoridad municipal decía que no podía tomar las medidas solicitadas porque se trataba de vías rápidas.
¿Qué tan rápidas son esas vías?

Es sorprendente la ausencia de reflexión sobre lo inútil que resulta circular a grandes velocidades por la Ciudad de Hermosillo, creyendo que realmente se ahorran tiempo.

Para no dejar esta afirmación desnuda, hice algunos cálculos sencillos y medí el tiempo que se va en los semáforos en rojo.

Manejando conocimientos muy elementales de cinemática, de la primera, y a veces la única temática que se enseña en los cursos de Física de bachillerato, se puede saber que para convertir las velocidades de kilómetros por hora a metros por segundo, basta multiplicar por 0.27778. Así, alguien con una calculadora a la mano puede saber que viajar a 36 kilómetros por hora equivale a 10 metros por segundo.
Sobre esa base, es suficiente con saber que del cruce de las calles Rosales y Colosio, frente al Centro de las Artes de la Universidad de Sonora, hasta el cruce de las calles Reforma y Colosio, hay una distancia de 764 metros. Por lo tanto, un auto que transite a velocidad constante a 30 kilómetros por hora, empleará 91.679 segundos en transitar por la Colosio desde Calle Rosales hasta Calle Reforma. En cambio, otro que transite a 90 kilómetros por hora necesitará 30.56 segundos en el mismo tramo.

La inocencia empieza en creer que el automóvil más veloz se ha ahorrado 61.119 segundos, es decir, un minuto con casi dos segundos.

Esa conclusión es falsa, porque si le toca el semáforo de Colosio y Reforma en rojo, tendrá que esperar 1 minuto con 25 segundos a que se ponga el verde. Eso le ocurrió a los autos que vemos en la siguiente foto:


Supongamos ahora que los dos autos continúan por la Calle Colosio desde Reforma hasta Calle Sahuaripa y pasan por enfrente de los edificios de la Maestría en Administración, de la Licenciatura en Medicina y de la Licenciatura en Cultura Física y Deportes.

Es un trayecto de 573 metros, allí, el auto que viaja a 30 kilómetros por hora necesitará 68.759 segundos, mientras que el bólido que se mueve a 90 kilómetros por hora lo hará en 22.92 segundos.
Para quien pretenda que se ha conseguido un ahorro de 45.839 segundos, le diré que el semáforo de los cruces de Colosio con Calle Sahuaripa tarda 1 minuto con 35 segundos para cambiar de rojo a verde.


Si corre con éxito y logra salvar los dos semáforos en verde, le espera frente al Metrocentro un cruce cuyo semáforo tarda 1 minuto con 38 segundos en rojo.

En consecuencia, la idea de las vías rápidas son una fantasía que alimenta únicamente una sensación de felicidad que radica en el centro del cerebro y no tiene relación alguna con el trabajo del neocórtex, donde se ubica la región reflexiva de este órgano que, se supone, hace la diferencia entre los seres humanos y el resto de integrantes del reino animal.

A la luz de estos datos pregunto: ¿cuánto habrá de verdad en esa afirmación?

He calculado las diferencias de tiempo por los demás tramos de muerte que rodean a la Universidad de Sonora. No los incluiré aquí porque los resultados son similares. Pasaré a mostrar una diferencia en el trato que reciben los más de 20 mil estudiantes de la Universidad de Sonora, con la atención a los alumnos de la siguiente institución que se encuentra por la Calle General Piña de la Ciudad de Hermosillo:


Allí había, pero se gastaron, un sistema de topes pequeños de plástico, se puede ver la huella que dejó su instalación en la foto que sigue


Sin importar que es una de las vías más transitadas de norte a sur, en la Ciudad de Hermosillo, allí si se reparó pronto el obstáculo para proteger a los asistentes de esa pequeña escuela. En los primeros días de marzo se instalo un sistema de topes que duraran mucho tiempo.


El vecino que es dueño del automóvil blanco cuya cola aparece en la foto nos contó que constantemente ocurren choques por alcance allí. Que los autos se golpean fuertemente y que su mamá, que vive justo enfrente, no puede dormir porque los ruidos que se producen por frenazos repentinos, o por las colisiones mencionadas, es muy fuerte y frecuente.
Por qué no cuidar en la Universidad de Sonora a más de 20 mil jóvenes que arriesgan su vida diariamente?
Enseguida agregaré un fragmento del Reglamento que se sigue en la Ciudad de Campeche, donde la prioridad no es el automovilista convertido súbitamente en un neurótico que cree en su ahorro de tiempo.
PASOS Y PUENTES PEATONALES

Artículo 31.- Los conductores tienen las siguientes obligaciones respecto de los pasos peatonales:
I. Deberán disminuir su velocidad al acercarse a un paso peatonal;
II. Deberán realizar el alto total al llegar al paso peatonal y cerciorarse de ambos lados que no cruce ningún peatón;
III. En caso de que una persona esté cruzando el paso peatonal, deberán en todo momento esperar hasta que atraviese completamente el mismo;
IV. Al transitar un peatón, no deberán tocar el claxon o acelerar el vehículo;
V. Invariablemente deberán de ceder el paso a las personas con discapacidad; y
VI. El peatón tiene el derecho de paso desde el momento de intentar cruzar o al estar cruzando el paso peatonal.

Artículo 32.- Las personas tienen las siguientes obligaciones al cruzar el paso peatonal:
I. Antes de cruzar deberán cerciorarse que los conductores disminuyan su velocidad al
acercarse al paso peatonal;
II. Al cruzarlo deberán cerciorarse que los conductores hayan hecho su alto total;
III. Al transitar el paso peatonal lo deberán de hacer en forma rápida;
IV. Al cruzar el paso peatonal, deberán de llegar al otro extremo de la calle y nunca fuera del mismo; y
V. Los peatones están obligados a no cruzar el paso peatonal cuando un vehículo de
emergencia con sirena o torreta activada se acerque al mismo, ya que tienen preferencia de paso;

Las actitudes pueden ser distintas, como se aprecia en la siguiente foto de una organización llamada procontreras, que promueve una actitud de respeto a quienes se mueven a pie en la Ciudad de México.


Se puede apreciar por ejemplo, la siguiente ciclocalle de Madrid


El ahorro de tiempo es una fantasía, la vida y la tranquilidad de más de 20 mil estudiantes de la Universidad de Sonora vale la pena.
No hay minutos más valiosos que una vida humana.