En documentos de la UNESCO(1) se enumeran nueve puntos en los cuales se exponen las cualidades que debe cumplir la educación de calidad: el noveno de ellos establece que ésta es medible.
Dicho de otra forma, al plantear propuestas curriculares concretas para llevar a la práctica los cuatro pilares de la educación, enunciados por la UNESCO: i) aprender a conocer, ii) aprender a hacer, iii) aprender a convivir y iv) aprender a ser, es necesario acompañarlas de parámetros medibles que permitan determinar cuándo se han alcanzado las metas que se plantean.
Sobre esta base, procede que en la Universidad de Sonora se responda a la siguiente pregunta acerca de la asignatura obligatoria llamada “Estrategias para aprender a aprender”, integrada dentro del Eje Común impuesto a todos los planes de estudio en esta institución.
El nombre de esta asignatura, que encierra en si misma una contradicción, es una frase de moda en el estudio actual de algunos de los psicólogos ligados al estudio del proceso de enseñanza y aprendizaje.
La pregunta es simple: ¿cómo dan validez a sus afirmaciones y propuestas?
Por otra parte, pretender que con el análisis cualitativo es suficiente, equivale a mutilar el proceso de investigación científica que se supone realizan. Me explico enseguida:
Primero: El problema cuantitativo no debería dejarse de lado, ligado, en este caso, a la observación directa de los métodos que están siendo criticados y de los que están siendo propuestos.
Segundo: La acumulación de cambios cuantitativos produce cambios cualitativos. Así mismo, los cambios cualitativos dan lugar a cambios cuantitativos. Un ejemplo elemental de lo anterior, útil para los físicos pero no único, es el cambio de la fase sólida a la líquida, que experimenta el agua cuando se acumula energía en un trozo de hielo hasta que se consigue obtenerla como líquido. Cualitativamente las dos fases son distintas y el cambio provino de la acumulación (cantidad) de energía.
No debe confundirnos el manejo de frases grandilocuentes, y la sustitución de palabras viejas por otras nuevas, no ayudan a convencer de que se tiene la razón en las conclusiones presuntamente alcanzadas. Frases como: estrategia situada, evaluación auténtica del aprendizaje, vínculo entre la escuela y la vida, son sólo frases nuevas. Una revisión de los estudios pedagógicos de los años 1950 nos arroja, por ejemplo, otra moda: el método de aprender haciendo, que trataba de integrar la acción como forma de aprendizaje. El punto es el siguiente: si se supone que siguen procedimientos científicos, ¿cuáles son?
Uno de los elementos fundamentales del conocimiento científico es que se busca alcanzar resultados que pueden ser reproducibles por otros grupos de trabajo, siempre y cuando se reproduzcan también las condiciones en que se realiza el experimento.
Y sobre la base de una serie de documentos supuestamente analíticos, en la Universidad de Sonora se han tomado medidas que descansan sobre ideas que no pueden ir más allá de una discusión entre especialistas en congresos, muy distantes de la claridad y la confianza que brindan los estudios concluyentes dignos de ser aplicados de manera general a seres humanos que, en el caso de la UNISON, son algo menos que conejillos de indias.
Por ejemplo, hablar de las teorías del procesamiento humano de la información, de la educación escolar como una práctica social y socializadora, de la teoría sociocultural del desarrollo y del aprendizaje, del aprendizaje verbal significativo, es discutir los puntos de vista de diferentes pensadores. Pero mientras no se trabaje estadísticamente con grupos piloto, ni se someta a la discusión de otros pensadores las conclusiones que están siendo presuntamente demostradas, todo el estudio es meramente descripción.
Pero en el caso concreto de la Universidad de Sonora tenemos ya varias generaciones de jóvenes que han sido sometidos al curso obligatorio de nombre: “Estrategias para aprender a aprender”, ¿cómo se sabe que los resultados están siendo positivos? Los recursos económicos dedicados a la meta de que los estudiantes tengan mejores habilidades para aprender ¿se están logrando? Han convertido a los primeros semestres de toda la Universidad de Sonora en un gigantesco laboratorio en el que miles de estudiantes han tomado los cursos que han sido ordenados por la reforma curricular, ¿ya tienen conclusiones cuantitativas?
En el ámbito de los profesores universitarios no se conoce un plan de seguimiento para evaluar el impacto de esa asignatura obligatoria sobre los planes de estudio.
En esas circunstancias, sólo podemos verlo como potenciales cursos remediales que pretenden tapar los agujeros generados en la mala calidad de la educación básica y media básica, que lleva años de creciente degradación en las manos del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
(1) http://portal.unesco.org/education/es/ev.php-URL_ID=27542&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html
EL COLEGIO HERODES DE LA UNIVERSIDAD DE SONORA
Hace 4 semanas