En México tuvimos un fin de semana largo en los días 18 a 20 de marzo de 2017. Es el resultado de una medida tomada en el sexenio de Vicente Fox con el pretexto de que así se ahorrarían los puentes mexicanos.
La realidad es otra bien distinta y pude constatarlo haciendo preguntas a personas con preparación técnica relativamente alta y que tenían en común haber nacido hacia finales de los años 1990.
La regla fue que no sabían qué se conmemoraba o qué se celebraba.
Ignoraban que el 18 de marzo de 1938 se llevo a cabo la expropiación petrolera y que el 21 de marzo de 2006 fue el nacimiento de Benito Juárez. Apenas unos días antes, en el periódico La Jornada, Francisco López Bárcenas escribía un artículo intitulado: Benito Juárez y los pueblos indígenas. Nos enseñaba que, contra la corriente de opinión generalmente extendida, fue un mandatario que nunca olvidó sus orígenes y nos contaba las acciones realizadas por él en favor de los indios de México.
Sin embargo casi nadie lo leyó. Quizá porque no circuló ningún meme que dijera algo sobre el asunto. Al menos de manera ridícula.
Lo cierto es que los gobiernos panistas y priístas modernos se han empecinado en que lo olvidemos. Y por si alguien pretende decirme que es falso lo que escribo. Les presento enseguida una prueba gráfica de la mala intención de un gobierno que escondió la estatua de Juárez.
Se trata del aún llamado Jardín Juárez en el corazón de la ciudad de Hermosillo, prácticamente en el centro de la capital del Estado de Sonora. Si alguien pasa caminando por allí, verá desde la calle Matamoros algo como lo siguiente:
Podrá moverse un poco y distinguir que en el fondo, detrás de una construcción, hay una estatua que está oculta
Si no se va a realizar otros menesteres y decide indagar qué es, cruzará la calle pero seguirá sin distinguir por completo la estatua mencionada.
Más aún, si le gana la curiosidad, podrá tomar uno de los accesos al centro del parque, caminará tratando de apreciar por completo la estatua, pero mientras avanza, la estatua sigue semioculta.
Y camina hasta que casi llega, y por fin, apenas a unos metros de distancia, logra observar la estatua completa. Está tapada por un sistema nada casual que ha sido construido con un propósito. Ocultarla.
El caminante necesitará estar a menos de 15 metros de distancia pera ver la estatua por completo. El diseño arquitectónico tiene ese propósito.
Buscará a quién está dedicada, pero no encontrará nada. ¿Qué pasó con la placa conmemorativa? ¿Se la robaron porque era de cobre? Tal vez, pero nadie se ha preocupado por instalar otra que sea de alguna piedra, o cemento, lo suficientemente pesado y barato como para que nadie se interese en llevársela.
En cambio, si encontrará un letrero totalmente vandalizado, con un anuncio que para nada viene al caso porque hace mucho tiempo que allí no hay agua.
En los primeros años de la conquista las autoridades españolas se encargaron de sustituir las fechas de celebración religiosa de los indígenas. El manejo de los símbolos borró a los ídolos que representaban a los dioses locales y los cambiaron por los santos del catolicismo.
Ahora se vive una historia similar. A los gobiernos actuales no les agrada la expropiación petrolera. Para ellos es algo que debemos olvidar. Y también, los gobernantes mexicanos educados en colegios religiosos, aunque actúen como demonios, demuestran cómo se les fue inculcando que Juárez fue un ladrón que le quitó a la iglesia sus propiedades.
Dice una oración que se llama Padre Nuestro:
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
Pero como ya sabemos. Eso es para que se aplique en los bueyes de mi compadre.
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