viernes, 23 de septiembre de 2022

Guadalajara y Jalisco sin Sistema de alerta sísmica

 

Guadalajara y Jalisco sin Sistema de alerta sísmica



El presente:

En septiembre de 2022, Jalisco y la ciudad de Guadalajara siguen siendo zonas donde los sistemas de alerta ante sismos no existen. Tampoco el entrenamiento de la población para responder con eficiencia y ponerse a salvo.

El sismo que llegó el 19 de septiembre de 2022 lo hizo sin ningún aviso. Tuvo su epicentro en la frontera de Michoacán y Colima. Lo mismo ocurrió con las dos réplicas mayores ocurridas en los siguientes cuatro días.

Al parecer entre la población de Jalisco es normal que se presenten estos sismos y no parecen ser considerados demasiado peligrosos, en la idea de que los grandes desastres ocurren en la ciudad de México y regiones cercanas, pero no en Jalisco.

El pasado:

Vale la pena recordar que el sismo de mayor magnitud ocurrido en el siglo XX en México se presentó justo en Jalisco y fue tres veces más energético que el famoso signo del 19 de septiembre de 1985.

Sucedió el 3 de junio de 1932. Mi madre vivía en la ciudad de Tecalitrlán, Jalisco, y nunca lo olvidó.

El epicentro se registró en un punto a 30 kilómetros de profundidad, a 45 kilómetros del puerto de Manzanillo y a 140 kilómetros al suroeste de Guadalajara. El dato geográfico lo menciono más adelante.

El terremoto dejó 300 muertos y se contaron 25 heridos. Es catalogado como el vigésimo octavo sismo más poderoso del mundo, y en esas condiciones, Jalisco no tiene sistema de alerta ni su población practica los movimientos que debe realizar en caso de que un gran terremoto vuelva a presentarse.

Quince días después, el 18 de junio de 1932, se registró un segundo terremoto que incrementó los daños materiales. A los siete días ocurrió un tercer sismo, esta vez de 6.9 grados, pero causó un sunami que provocó olas de 10 a 13 metros de altura. En la memoria de mi madre quedaron los testimonios de quienes habían observado y sobrevivido al proceso: "el mar se retiró y se observaron los detalles del fondo marino, luego regresó una ola tremenda que penetró tierra adentro destruyendo todo a su paso".

Enseguida nos basamos en los datos del estudio sobre estos sistemas que se encuentra publicado en el sitio del Instituto de Geofísica de la UNAM. Se puede encontrar en línea en la siguiente dirección:

http://www.ssn.unam.mx/jsp/reportesEspeciales/sismos_de_1932.pdf”

El evento que comentamos ocurrió el día 3 de junio de 1932 y fue registrado tanto por el sistema de detección de sismos de Tacubaya en la ciudad de México, como por otro similar ubicado en la ciudad de Pasadena California. El epicentro que se reporta se encuentra en las costas de Colima y Jalisco, en las coordenadas 19.5 grados de latitud norte y 104.25 grados de longitud oeste.

A este sismo le siguieron otros dos. Uno el 18 de junio, de magnitud 7.8 y el tercero el 22 de junio con 6.9 de magnitud Richter. Ambos ubicados en la interfase entre las placas tectónicas de Rivera y Norteamérica.

El tsunami provocado el 22 de junio fue más devastador que el provocado por el sismo del 3 de junio.

El estudio del Instituto de Físca de la UNAM afirma que, en términos técnicos, el sismo del 18 de junio no es réplica del ocurrido el 3 de junio porque rompió un área diferente a la del primero, y aunque se trata de áreas de ruptura contiguas, éstas no se traslapan.

Al tsunami producido por el sismo del 22 de junio de 1932 se le conoce como el “Tsunami de Cuyutlán” y destruyó el balneario del mismo nombre con olas de más de 10 metros de altura.

La razón por la que este sismo de menor magnitud pudo causar un tsunami tan poderoso se debe a que movió de manera repentina el fondo marino en un movimiento ascendente y descendente, dando lugar a que una enorme masa de agua del océano bajara y subiera, tal que al tratar de recuperar su equilibrio originó olas de gran altura.



El futuro:

La opinión de los expertos es que estos sismos ocurrieron como un movimiento de subducción de las placas de Rivera y de Cocos, que se mueven por debajo de la placa de Norteamérica. Un fenómeno que sigue ocurriendo hasta nuestros días.

Por esa razón debemos tomar en cuenta que los procesos sísmicos son como el agua que corre por los ríos cuyas corrientes tienden a ser borradas por las manchas urbanas. Cuando la lluvia es copiosa inundan las mismas áreas por donde fluía el agua antes de que las construcciones pretendieran ignorarlas.

Si en el pasado hubo sismos tan devastadores como estos tres que comentamos, pueden volver a ocurrir en un futuro que la ciencia no puede predecir, pero ni Jalisco, ni Guadalajara, tienen sistema de alerta sísmica y su población no recibe entrenamiento con los simulacros periódicos adecuados.

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